viernes, 13 de julio de 2012

Cuando logré abrir la puerta, el morbo me cegó la vista; el sentido común me gritaba a voces que me alejara inmediatamente de aquella casa, y que volviera a cerrar aquella puerta y me marchara por donde había venido.
Pero ya era demasiado tarde, el viento había cerrado la puerta tras mi espalda y me encontraba dentro del vestíbulo. El vestíbulo era, a juzgar por el diseño de los muebles, algo antiguo y habría pertenecido a alguna familia adinerada del pueblo.
Pude distinguir entre la oscuridad los escalones de una gran escalera de caracol, que me llevaron a un salón muy espacioso que hacía las veces de estudio del señor Watson. Había una pila de archivadores sobre una amplia mesa de ébano y una gran biblioteca ocupaba la mayor parte de la pared. Me asomé a un gran ventanal que había en el fondo de la habitación desde la cual se veía el patio, cubierto de maleza y maceteros vacíos.
El chirrido de un carrito rompió el silencio de la noche. Escuché una agitada respiración tras mi espalda y cuando me dí la vuelta, la vi. Un velo cubría su rostro pero a juzgar por sus ropas era una niña. Se acercó al ventanal y me miró por última vez antes de precipitarse al vacío.

domingo, 24 de junio de 2012


Tengo tantas cosas que decirte, que no sé por dónde empezar y probablemente si me sentara a escribirlas todas me quedaría en blanco.

No sé bien si agradecerte todo lo que hemos vivido durante este tiempo o todo lo que llegaremos a vivir de aquí en adelante. Puedo darte las gracias por hacerme cosquillas cuando me ves triste para sacarme una sonrisa, por escucharme aunque no tenga nada que decir, por ser todo lo que un día soñé, por hacerme sentir la persona más especial del mundo con tan sólo mirarme o por quererme por encima de todos mis defectos.

Si tuviera que describir estos cinco meses con una palabra… Puf quizá sería con ‘llenos’. Llenos de sonrisas, de caricias, de palabras bonitas, pero también de momentos más duros. Pero lo bueno de esos momentos es que hemos logrado superarlos, nos hemos hecho cada vez más fuertes y, aquí estamos, en este 13 de Junio celebrando los primeros cinco meses del resto de nuestra vida.

Eres increíble, te lo he dicho mil veces pero es que cada día me sorprendes más. Me has ido enamorando poquito a poco, y cada día me he ido haciendo más dependiente de ti hasta el punto de no poder pasar dos días sin verte. Tu sonrisa, tu mirada, tu manera de acariciarme, de decirme ‘te quiero’. Pero lo que más me gusta de mí es cómo soy yo cuando estoy contigo: eres capaz de sacar la niña que llevo dentro con tan sólo tenerte tras mi espalda, dándome besitos y susurrándome cosas bonitas.

Y créeme, no cambiaría esto por nada del mundo, porque sería incapaz de querer a nadie tanto como te quiero a ti. Días como hoy hacen que me de cuenta de que no quiero otros besos, ni otros brazos; no quiero otros sueños, me gustan estos. 

Mi vida comenzó a tener sentido la primera vez que me dijiste te quiero ¿y sabes por qué? Porque antes de todo esto yo no sabía qué era soñar con dormir a tu lado para oír cómo respiras, para comprobar si me nombras en sueños; tampoco sabía qué era ver tus fotos y tus mensajes una y otra vez como si no los hubiera visto nunca y tampoco sabía qué era tener escrito en cada página de cada libro tu nombre.

“Y cuando sabes todo esto, cuando todos sus defectos y manías son aquello que te vuelve loca, cuando cada palabra que pronuncia te vuelca el corazón ahí sabrás que lo quieres, ahí vivirás por él”

PD.: Te quiero.






¡Hola otra vez! Paso rápido y os dejo un texto que le escribí a Fabi para los cinco meses y un par de fotos de Italia. Prometo ponerme a escribir algo chuli para publicarlo. Gracias a los nuevos seguidores, un besote :)

Escuchando: http://www.youtube.com/watch?v=F27QBTRTc0A

domingo, 6 de mayo de 2012

Prometo ayudarte a amar la vida, abrazarte siempre con ternura y tener la paciencia que el amor exige. Hablar cuando hagan falta palabras y compartir el silencio cuando no. Prometo no olvidar jamás que este es un amor único en la vida, y recordar que no importa que desafíos puedan separarnos porque siempre hallaremos la forma de volver a unirnos. Vivir al abrigo de tu corazón y llamarlo siempre hogar. Prometo amarte locamente, ahora y siempre.

jueves, 3 de mayo de 2012

- Jamás me he sentido tan bien.
Percibí que una sonrisa se había dibujado en su cara. Se encontraba detrás de mi, con los labios pegados en mi nuca, jugueteando con un mechón de mi pelo entre sus dedos.
Me di la vuelta, y dejé escapar lo primero que se me pasó por la cabeza.
- Te amo.
- Yo más.
- ¿Cómo sabes que no te amo más que tú a mí?
- Porque es imposible amar más de lo que yo te amo a ti.

La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento. 

sábado, 31 de marzo de 2012

El termómetro marcaba tres grados bajo cero en aquella fría tarde de Noviembre, pintada de ocre y añil con violentas pinceladas. Las hojas secas crujían, quejumbrosas, bajo mis botas al tiempo en que una fina llovizna comenzó a depositarse en mis hombros.
Mis pasos me habían llevado algo lejos de la ciudad, donde el ruido cosmopolita me impedía escuchar mis propios pensamientos.
A medida que me iba alejando del mundanal ruido de Londres, mis propios recuerdos empezaron a invadirme, y a evadirme de aquel estado de inconsciencia emocional.

Corría el verano del 68...


Tenía diecisiete años, coca-cola en las venas y un sexo insaciable. Jamás me habría llegado a preguntar acerca de mi futuro, ni mucho menos acerca del amor; hasta que la conocí a ella.
Aquel primer cruce de miradas, tan efímero y tan intenso, agudizó mi rebeldía, que por aquellos años bordaba mi bandera, negándome a admirar otro azul que no fuese el de sus ojos. Su cabello, cobrizo; su tez, porcelana; su nombre, Julia.
Julia era una joven de clase acomodada, vivía en la avenida de Warwick con su padre, un afamado médico, y su hermano. Me enamoró hasta tal punto que me prometí hacer todo cuanto estuviera en mi mano por tenerla. Y todo era todo.

No fui consciente de lo que había estado haciendo hasta que su sangre, cálida y huidiza, comenzó a resbalar entre mis dedos y a teñirme la camisa. La camisa de un asesino.

Inspired in: 



domingo, 18 de marzo de 2012

Te escribo hoy, sí hoy, dieciocho de Marzo, como podría haberlo hecho ayer o hace un par de semanas; y es un día tan especial como que hoy sigues conmigo.
Eres increíble, ¿y sabes por qué? Porque mientras tú me das cada día mil motivos para seguir contigo un segundo más, yo nunca seré capaz de agradecerte todo lo que estás haciendo por mí; porque no todo el mundo es capaz de sacarme una sonrisa, y sólo con aparecer por detrás y abrazarme tú lo consigues; porque irme a la cama sabiendo que me quieres no lo cambiaría por nada en el mundo; porque apareciste en mi vida en uno de mis peores momentos, y me enseñaste que, oye, se puede ser feliz; porque eres tú.
Y porque en casi diecisiete años de mi vida tenerte cerca, sentir tu respiración y los latidos de tu corazón en mi oído ha sido el premio más grande que he podido llegar a alcanzar jamás. Te quiero.

domingo, 11 de marzo de 2012


Te quiero a ti, a tus tonterías, a tus niñerías, a tus días malos, pero también a tus días buenos; a todos tus besos, a tus abrazos, a tus sonrisas, a tus mensajes a la una y trece minutos de la madrugada, a todos y cada uno de tus 'te quiero'; a la carilla que se te queda al verme, a tus lunes, a mis viernes, a tu voz, a tus manos, a quedarme dormida hablando contigo, a tu forma de hacerme de rabiar, pero también a tu forma de hacerme sonreír; a nuestras clases de Filosofía, a mis 'ábreme el Salobreña', a tus celos, a los míos, a tus más, a mis menos, a que me abraces por detrás, a que me muerdas los mofletes, a que me hagas llegar tarde a Biología, a llenarte de babas y a quererte por encima de todo.